22.03.2021 Las obras de acceso al agua en las zonas rurales de la Argentina contribuyen a disminuir significativamente el trabajo infantil, al reducir las horas dedicadas a tareas como búsqueda y acarreo de ese recurso esencial, según un estudio del proyecto Offside de la OIT Argentina, realizado junto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
De acuerdo al relevamiento de 497 casos de niños, niñas y adolescentes de todo el país. las horas dedicadas a la recolección de agua se redujeron casi 50% gracias a obras de acceso al agua familiares y comunitarias, para uso doméstico y productivo, del programa ProHuerta -conducido por el INTA y financiado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación-.
El estudio observó los efectos de esas obras en la reducción del trabajo infantil, que en las zonas rurales del país alcanza a dos de cada diez niños y niñas de entre cinco y 15 años y representa a 43,5% de los adolescentes de entre 16 y 17, de acuerdo con la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (Eanna).
“La implementación de tecnologías de acceso al agua y su apropiación por parte de las familias rurales y campesinas es crucial para que los niños, niñas y adolescentes no deban destinar tiempo a su acarreo, ya sea para fines productivos o de consumo en el hogar como para preparar alimentos y otras actividades de la vida cotidiana, dijo María Eugenia Figueroa, coordinadora nacional del proyecto “Offside: ¡marcando la cancha!”.
Para Figueroa, “las mujeres son quienes asumen la mayoría de estas tareas, con el apoyo de los niños y las niñas”. A su vez, resaltó “la importancia de generar evidencias y articular programas y estrategias de intervención que promuevan posibles soluciones a un problema común”.
A partir de la implementación de los proyectos especiales del programa ProHuerta, fue posible pasar de 17 a 53% de hogares que cuentan con agua por cañería dentro de la vivienda, al tiempo que todas las familias involucradas en esos proyectos cuentan ahora con acceso al agua dentro de su predio, lo cual reduce el tiempo destinado a la obtención y el transporte de agua.
“La asociación con la OIT es clave”, dijo Diego Ramilo, director del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (Cipaf) del INTA, quien destacó que los más de 550 proyectos especiales del programa Prohuerta beneficiaron a 16 000 familias y permitieron instalar diversas tecnologías de captación, conducción, almacenamiento y distribución del agua para uso integral.