31.10.2020
Pedro Smekal es un austríaco que llego en el año 1960 a Península San Pedro en Bariloche , se fue a Holanda para aprender a cultivar tulipanes y a su regreso comenzó con la creación de esta paraíso de tulipanes en el sur argentino.
La Chacra Danubio, está ubicada en un en un rincón de la Península San Pedro, a 20 kilómetros del centro de Bariloche y en época primaveral comienzan a florecer los tulipanes de todos los colores posibles transformando el lugar en una mágica alfombra de color y vida.
“Mi abuela fue mi mentora. Tenía un jardín hermoso con más de 2.000 tulipanes y me trasladó su pasión. No lo hacía por trabajo, sino por placer. Siendo muy chico, me enseñó los nombres de las plantas en latín. De ahí nació mi semillita por el oficio”
Pedro Smekal y Verónica Smekal
La familia compró un predio en Península San Pedro en 1960 y dos años después, adquirieron otras dos fracciones que se convirtieron en lo que hoy es la Chacra Danubio. Pedro se radicó en Bariloche junto a su familia, cuando terminó el secundario en 1964.
En ese entonces, su padre había comprado bulbos de tulipanes de Sudáfrica pero no prosperaron ya que esas variedades “no servían puesto que tenían virus”. Pedro tomó entonces la decisión de viajar a Holanda en barco para aprender sobre el cultivo “en forma más profesional”.
Durante seis semanas, trabajó en el campo de un exportador holandés para aprender los secretos del cultivo de tulipanes. “Estamos hablando de 50 años atrás. Los holandeses ya eran capos en esos años. Estuve como seis semanas trabajando en ese campo, ganándome una platita encima. Me solventaba los gastos de alquiler, me sobraban algunos florines por semana y hacía paseítos en bicicleta”, cuenta Smekal al portal Río Negro
En la chacra de Península San Pedro, abundan los tulipanes amarillos, los amarillos un poco más oscuros, los amarillos con borde violeta, los naranjas con tonalidades amarillas y los rojos con unos toques naranja. Los colores se entremezclan en el paisaje.
Según Pedro, la gente busca “colores especiales, raros y ahí vienen los problemas”. Atraen en gran medida los tulipanes violetas y los negros pero “no por eso son más bonitos. Son distintos”.
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Larraburu valoró el esfuerzo de Smakal, de 74 años, uno de los primeros pobladores de la ciudad de Bariloche, nacido muy cerca de Salzburgo, Austria, que desembarcó en Argentina con sus padres cuando tenía dos años y medio. La guerra y la hambruna en Europa fueron determinantes en la migración de la familia de Smekal en 1948.