Volvemos a publicar con algunos detalles actualizados sobre el robo al fotógrafo Silvio Bruno
22.01.2020 El pasado 10 de enero sustrajeron de su departamento, todo el equipo fotográfico al fotógrafo Silvio Bruno. Hace unos días atrás la policía allanó varios lugares y encontraron una computadora sustraída que pertenecía a su trabajo en la fábrica. El afectado destaca el trabajo de la DDI y del Fiscal Tanús.
Silvio pide a la sociedad comunicarse a su celular privado por cualquier información información: 3364-382003
La noche del robo.
Silvio Bruno y su novia salieron a caminar por la ciudad ni bien cayó el sol, el calor había sido tan grande que los bordes de las casas, los bancos de las plazas y los rostros de los transeúntes parecían incendiarse. Caminaron hasta que un leve frescor empezó a subir en el ambiente junto con la noche que ganaba el cielo. A Silvio le llamo la atención el jadeo de un perro acalorado “parece una lengua con perro” pensó y sin coméntaselo a su novia se río en su mente. A la hora de cena encargaron unas empandas en un local de comida, esperaron el pedio y se fueron al departamento de Silvio a comer mirando televisión. A eso de las 12 de la noche la mujer se va a su casa y Silvio se puso a trabajar un rato más. A eso de la una de la mañana se dirigió a la habitación.
Se sentó sobre el colchón y buscó en la televisión de su cuarto un canal en particular, el mismo que resonaba de fondo en el televisor de la cocina mientras trabajaba. Se concentró unos segundos en las imágenes y cuando la trama de lo visto lo atrapó se echó para atrás y se recostó vestido sobre la cama. Se quedó profundamente dormido.
Alrededor de las 4 de la mañana lo despertó una ventisca fría, cerró la puerta balcón y se volvió a acostar. Intentó dormirse pero la ventisca seguía pangándole en el cuerpo, “debo haber dejado la ventana del living-comedor abierta” pensó. Cuando va a cerrarla ve que la puerta del de ingreso al departamento estaba abierta de par en par con su llave del lado de afuera.
En un gesto desesperado comienza a observar a su al redor y ve que la computadora que había cerrado sobre la mesa unas horas atrás ya no estaba, la guitarra con el amplificador seguía en su lugar, también la televisión encendida pero cuando mira hacía una mesa ratona donde Bruno siempre dejaba su equipo de fotografía, ve que no había nada, nada. También se llevaron dinero en efectivo, la billetera estaba en el marco de la ventana toda rota, con las tarjetas pero sin el dinero. Baja corriendo desde el cuarto piso a la planta baja y allí encuentra tirada las llaves del auto. A pesar de saberlo con certeza, recién en la verdea de calle, cuando la redonda luna le cayó encima de sus sentidos con toda la fuerza de su luz, su pensamiento tejió la frase: “me robaron todo”
La reconstrucción de los hechos.
Los departamentos de calle Juan B. Justo entrecalle 25 de mayo y calle Almafuerte, tiene dos balcones: uno da a la calle y está ubicado en la habitación, el otro da al patio de los departamentos por donde se accede a través del ascensor o las escaleras. El balcón que da al patio interno tiene una ventana, allí Bruno encontró una lanza fabricada con varios palos y un gancho. Según testimonios del afectado, desde allí “pescaron” las llaves del departamento que estaba sobre la mesa del comedor e ingresaron al lugar por la puerta de entrada.
“Nadie escuchó nada, ni yo que estaba pared de por medio. Se dijeron muchas cosas, como por ejemplo que me habían dormido y no es así, incluso estaba solo, lo que sí puedo decir es que tengo el sueño muy profundo y no escuché nada, para mejor estaban prendió los dos televisores, el de la habitación y el de la cocina-comedor. No tenía ninguno de los equipos asegurado, porque el seguro de estos elementos es muy caro, ya que son susceptible a las roturas”
Además de la pérdida económica, lo que Silvio más lamenta es el robo de una cámara antigua alemana de 1954 que su padre compró en 1970 para sacarle fotos a Silvio cuando nació, “mi padre siempre me decía que le había costado 3 sueldos”. Ni bien Silvio comenzó a dedicarse a la fotografía su padre se la regaló, por lo que Silvio la había llevado a un servic y la cámara andaba. Si bien la cámara hoy no tiene un valor económico tangible, el vacío que dejó en el afectado es más grande que la pérdida económica afectada, que tampoco es menor.