Fundado en cuatro aspectos fundamentales del teatro (los ensayos, las funciones, lo organizativo y las clases) el Grupo del Sol formó una cooperativa de actores, con la cual llevaron adelante la fundación de una Casa de teatro. Su director Alberto Vásquez marcó profundamente la formación de los integrantes, pero también sus vidas: la vida y el teatro como una sola cosa. Por eso hemos elegido para esta nota, el título de otro artículo publicado en la Revista Usted, dirigida por Oscar Casa del mes de agosto de 1980.
El próximo 12 de octubre en el Centro Vasco, en el Ciclo de Cine que coordina Sebastián Tambuto, se realizará un evento en homenaje al director. Los invitamos a leer una historia que terminó siendo una escuela del teatro.
Cuando los nicoleños viajamos a otras ciudades o pueblos, no nos percatamos de la riqueza en la que vivimos cotidianamente. Uno llega a un pueblo de Córdoba o a alguna ciudad de la provincia y como si fuera un acontecimiento natural, pide por el museo del lugar o la biblioteca más cercana, donde acceder a algún texto (sea literario, histórico o periodístico) para instruirse sobre la historia y la idiosincrasia del lugar. Pero las hemerotecas no existen, ni tampoco poetas, escritores o artistas plásticos que hayan perpetuado alguna historia o muesca de comportamiento de aquella latitud, donde descubrimos por contraria definición la riqueza de nuestra ciudad. Como tantas otras historias o acontecimientos que merecen ser narrados, la historia y la impronta que dejó en San Nicolás un grupo de teatro llamado “Grupo del sol”, está a la altura de ese deseo y también un poco más allá: formaron una cooperativa en pleno proceso militar.
Un poco de historia.
Corría el año 1973 y a través de Federico Lupi, algunos integrantes del grupo llegan a contactarse con la escuela de teatro en Capital Federal del prestigioso Raúl Serrano, quien era conocido como el Stanislavsky argentino, a raíz de la búsqueda perfeccionista del método del mencionado artista. Desde aquella escuela arribó a nuestra ciudad, aquel hombre que dejará una fuerte impronta en el teatro nicoleño: Alberto Vásquez.
Sus comienzos se desarrollaron en las tablas del Teatro Municipal de Aguiar, donde también funcionaba el prestigioso elenco del Teatro Estable Nicoleño, dirigido por el poeta, escritor y actor, artista plástico, estudiante de geología y profesor de geografía Mario Verandi. Un tiempo también funcionó en el Colegio Don Bosco, primer colegio Salesiano del país. Después de tres años de ensayo, llegó la primer puesta en escena del grupo, exactamente el sábado 4 de septiembre de 1976: “habrá de poner en escena en dicha oportunidad el espectáculo titulado “Del humor”, que consta de 4 obras breves del escritor argentinos Oscar Viale”, expresa un pasaje de una columna del Diario La Capital de Rosario, Santa Fe. En la memoria quedan como dos obras de fuerte impacto entre otras varias, El reñidero y Esperando la carroza, dos clásicos argentinos que el grupo trabajó y expuso en el año 1977. En los próximos años el grupo no paró de crecer en conocimiento y en número, se mostraba un Alberto Vásquez cada vez más exigente. Hasta que en 1978 el Grupo abre su casa propia: Casa de teatro en Almafuerte 111, en el lugar había escrita una frase de Roberto Arlt que quedó incrustada en el corazón de esta historia que aun late: “El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo”. A partir de aquel año el Grupo intensificó el trabajo de obras para niños, las cuales exigían un trabajo algunas veces mayor que las obras de teatro adulto. En el año 1979 se crea el grupo de cineastas nicoleños llamado “El alhep” con el cual el Grupo del Sol colaboró con el talento de sus actores. En 1980 se formó en la segunda sección, la Asociación Argentina de Actores de la que el Grupo del Sol fue parte, Luis Brandoni era el presidente. En 1983 el Grupo cambia de director. En aquel año arriba a la ciudad como nuevo director del grupo Hugo Gregorini, también de la escuela de Serrano, al cual integrantes del grupo conocieron en el velorio de Alberto Vásquez, quien murió de cáncer de hígado por una hepatitis mal curada, a los 47 años un 1 de julio de 1983.
Entrevista a algunos de sus integrantes.
Como no podía ser de otra manera, la historia llama a la historia. En el Bar Pancho, a media cuadra de los que fue la Casa de Teatro del Grupo del sol, logramos reunir unos cuantos integrantes de aquel Grupo: Norberto Gatti, Luci Inda, Nora Mauri y una profesora de Teatro y actriz de las actuales generaciones que motivó el conjuro de la reunión, para que esta historia sea rescatada de las noches del olvido: Verónica Vieira.
En la mesa que se recuesta sobre la ventana más amplia del bar y mira a calle Almafuerte, los entrevistados esperan entre una maraña de archivos y papeles amarillos. El sol de la tarde se mete en los pasillos de café e ingresa al lugar ganando parte del espacio. Está todo predispuesto, hasta los archivos tomaron las piernas de los entrevistados y caminaron hasta nosotros, encargados de escribir las memorias de Grupo. Sólo hay que perfilarse en la privilegiada posición de escuchar, poner la oreja de tal manera para que la historia tome a antojo de quien narra, un punto de inicio para contarla. Entonces las voces como abejas empiezan a cruzarse en el espacio.
El espíritu cooperativo es recurrente en la conversación.
Norberto Gatti: “Formamos una cooperativa, entre todos poníamos el dinero para alquilar el lugar y pagarle al profesor. Cuando logramos inaugurar el lugar propio, la Casa de teatro, usamos para el piso las cintas transportadoras de coque de la siderurgia Somisa. Salíamos a vender entrada nosotros mimos en los barrios y en la zona céntrica, también hacíamos la difusión, pegatinas o lo que fuera.” La profesora de teatro y actriz Verónica Vieira reafirma dicho espíritu y le otorga una suerte de re significación o punto de enlace con el presente, ánimo transformado en otra experiencia actual unida al pasado del Grupo.
Verónica Vieira: “Soy profesora de teatro y ex integrante de la Asociación Nicoleña de Teatro Independiente que ahora se disolvió. Teníamos como objetivos tener una sala independiente propia y nos inspiramos justamente en lo que hizo el Grupo del sol. Estuvimos en la sala del club Sportivo Nicoleño hasta que formamos una cooperativa y tenemos nuestro lugar propio llamado Ágora, incluso una de las integrantes es Mariana Barile, quienes es hija de Roberto Barile, ex integrante del Grupo del sol.” La tarde no para de caer afuera del bar, es un día que preludia agosto, es tan cambiante y confuso como un geminiano, Luci Inda parece comenzar a abordar otro tema en relación a la personalidad del Grupo.
Luci Inda: “El grupo nació en la época del proceso, una época muy significativa para la argentina, por tanto los textos por debajo dejaban entrever una lectura de lo que se quería decir, sin panfletos ni directamente.” Tras los ruidos de tazas y platos, la máquina de café y las hojas de diarios que se doblan, los entrevistados parecen tomar un horizonte claro, se inspiran.
Nora Mauri: “Lo que era fundamental y trabajábamos mucho era la estructura dramática. Ejecutábamos obras de autores pero también trabajos de improvisación. Insistíamos muchos en el método de las acciones físicas de Stanislavsky, el cual consiste básicamente en hacer que el actor experimente durante la ejecución del papel emociones semejantes, parecidas a las que experimenta el personaje interpretado; para ello se recurre a ejercicios que estimulan la imaginación, la capacidad de improvisación, la relajación muscular, la respuesta inmediata a una situación imprevista, la reproducción de emociones experimentadas en el pasado, la claridad en la emisión verbal.” Y como una cosa lleva a la otra, la entrevista camina ya por carriles casi coherentes, apenas si alguna emoción o anécdota desvía del tema principal al conjunto de entrevistados.
Luci Inda: “Trabajaba paralelamente obras para adultos y obras para niños, género que nunca considerábamos un arte menor, sino que todo lo contrario, muy complejo. La estructura del teatro de adultos la usábamos en las obras para niños: método, conflicto y demás elementos. Para el teatro estable la existencia del Grupo también le significo repensar el teatro, varias personas incluso frecuentaban los dos grupos. El teatro estable trabajaba con otro método o el método no estaba muy claro, trabajaba mucho el teatro clásico.” Verónica Vieira trae a la conversación un dato fundamental que los entrevistados afirman: viajaron como Grupo el sol por diferentes puntos del país y la música que utilizaban en las obras eran compuesta por ellos mismos.
Alberto Vásquez y 4 aspectos básicos del teatro.
El periodista de la Revista Usted pregunta a Alberto Vásquez, en relación a uno de los aspectos básicos del teatro: las clases, ¿Cuántas horas deposita un alumno de teatro en su formación? Corría el año 1980. Vásquez contesta: “Miles, el gran maestro de los actores Lee Straesberg no se cansa de repetir: la carrera de un actor se hace en público, pero el arte del actor se hace en privado. El Grupo del Sol cree mucho en esto. Por eso nosotros tratamos de desarrollar estudiantes que sean actores y actores que sean estudiantes. Hay un tiempo para estudiar y un tiempo para interpretar y en ambos casos hacer. Son dos temas distintos y no conviene mezclarlos, es tán nocivo un actor que no estudie como un estudiante que no actúe. Ambas cosas marchan juntas. Se trata en todo caso de adquirir una técnica racional, consiente, no en la inspiración y el talento natural que hasta ahora nadie supo explicar muy bien en qué consciente, y adquirir una técnica no quiere decir aprender a crear. Este un problema distinto. Aquí aparecen los aspectos psicológicos, físicos y culturales. Por supuesto la experiencia, el factor tiempo en la práctica artística es determinante.
Norbeto Gatti: “Alberto fue quien le puso nombre al grupo, porque tenía un compañero de él que se fue a trabajar a Italia y le había puesto al grupo que formó allá “Grupo in sole”, en homenaje propuso es nombre y nos gustó.”
Luci Inda: “Tuvimos un himno propio, una bandera con un sol particular que nos identificaba. Ese sol tiene mucho de la estética de Paez Bilaró. Alberto viajaba en tren y cuando entraba al bar de retiro había pinturas de Bilaró, recuerdo alguna que otra referencia que él hacía a esas pinturas”
En aquella misma entrevista el diálogo entre el periodista y Vásquez continúa, la conversación parece correr todavía como un caset, que cada vez que termina vuelve a comenzar. El periodista vuelve a la carga con otra pregunta referida a otros de los aspectos fundamentales del teatro: los ensayos. ¿Por qué son importante los ensayos?: “En los ensayos lo importante son los resultados, sin lastimar o castrar la creatividad del actor, la que sea. El actor títere, el actor marioneta, pertenece al pasado. Lo mismo que el actor nato, con pasta. Hay distintas personalidades sociológicas, culturales y características físicas, eso es todo. La diferencia entre los actores argentinos y los europeos, está dada, no en su capacidad técnica, sino en su cultura. Por lo general el actor argentino basa su trabajo en su propia personalidad y en su depuración técnica que la tiene y muy buena, pero olvida su cultura personal, que es lo que sostiene todo lo anterior. La materia prima con la que trabaja un Director de escena es nada menos que otro r humano a quien hay que respetar aun en sus errores, lo cual no quiere decir pasividad y mucho menos frente al actor estrella. Éste es un enfermo artístico al que no es necesario curar, pero esto no se puede hacer en el teatro.”
Nora Mauri: Alberto Vásquez: “cualquiera puede ser actor con mucho trabajo, el talento es otra cosa, pero para ser actor hay un método, una formación específica.”
Norberto Gatti: “Vos pensabas que había hecho una gran escena y las devoluciones de Vásquez eran terrible, lo hacía para que el actor esté en constante superación. Y esa misma exigencia el director la trasladaba a tu vida, tu trabajo y tu familia: “no te conformes con lo que tenés, crece, lee”, repetía siempre. Fue realmente un formador de vida, no solo un profesor de teatro.” LO TIENE AUN PRESENTE.
Luci Inda: “La formación que proponía el director Alberto Vásquez para los actores era completa. Entrenábamos el área de movimiento y expresión corporal con Alicia muñoz y la técnica para el movimiento consciente con Susana Ibáñez. Íbamos a una fonoaudióloga para mejorar la voz, en una oportunidad fuimos a un curso de historia del teatro, también estudiábamos la escenografía”
Alberto Vásquez continúa respondiendo al periodista y mira el reloj, mira desde una foto en a revista hacia fue del tiempo, desde un blanco y negro que tiene a ser solo negro. Vuelve a mirar el reloj, pareciera que alguien lo espera. El tercer aspecto, el del plano organizativo aborda la conversación: “Lo organizativo es lo más aburrido de todo, pero hay que hacerlo. Hay que pensar en soluciones nuevas todos los días, organizar funciones fuera de la sala, llevar acabo la tarea que tiene asignado cada uno en el teatro, ya sea para recibir al público, cuidar que todo esté en orden y que la maquinaria que está montada detrás de todo espectáculo teatral y que el público no percibe, funcione perfectamente aceitada y ajustada”.
Nora Mauri: “Los 4 de septiembre era nuestro aniversario, porque en esa fecha habíamos realizado la primer función, entonces festejábamos. El festejo consistía en presentar una obra, o te tenías que disfrazar de alguna cosa, y después tenía que desarrollar todo el argumento de por qué había elegido disfrazarte y representar tal personaje. Esa anécdota define a mi entender lo importante que era el plano organizativo para Alberto, hasta cuando festejábamos trabajábamos y estaba planeado.”
Alberto se paró de la silla y la última pregunta en relación al cuarto aspecto básico del teatro, la responde de pie. Era una tarde soleada de agosto de 1980 y después de responder Alberto se quedó para siempre latiendo en el sentir de un teatro que llegó a San Nicolás a romper esquemas. Hasta le día de hoy no sabemos quién lo pasó a buscar, con el tiempo lo entendimos: “Constituye el premio mayor de la lotería, la razón de ser de tantos desvelos, de tanto estudio, de tanto esfuerzo, la razón de ser del actor, de todo actor. Ahora con nuestra pequeña salita entramos en una nueva experiencia, inédita en San Nicolás y en el grupo. Habrá que señalarle al público que puede ir al teatro como se va al cine o al fútbol, por qué no, y que inclusive se puede charlar con los actores y preguntarles todos lo que quieran. El teatro ya no es como en el siglo pasado. Ir al teatro debiera ser un hecho cotidiano, no un acontecimiento social. Y bien veremos cómo nos va en esta nueva aventura llena de peligros El público tendrá, como siempre, la última palabra.
Nora Mauri: “De un día para otro nos dice que no iba a venir más porque ya necesitaban otro director, otra etapa. No entendíamos nada, pero él sí, estaba enfermo, sabía que iba a morir. Mientras decía esto nos preguntó a todos por una obra a realizar, qué opinábamos si hacerla o no. Era una obra que demandaba tiempo y el grupo empezó a decir que no había tiempo. Me acuerdo hasta el día de hoy lo que contestó: “Todos los problemas de ustedes no hacen uno mío, yo les pido que la obra se haga este año” La estrenamos, se llamaba “La Mujer ajena”, esa fue la última obra que dirigió en el Grupo”.
El ocaso todavía no termina de degollar la luz del día. Fueron en aumento las voces y los sonidos del bar, de donde entra alguien por una copa, otro conversa de literatura con un músico y un televisor apenas con sonido muestra los preludios de un partido de fútbol. Sobre la mesa quedó el relato de una porción de la historia inspeccionado con obstinación de cirujano. Entre todos pudios llegar a la conclusión que la experiencia del Grupo del sol, aún existe en la experiencia de actores más jóvenes que en l ciudad, aun re-significan la experiencia del grupo. Ahora sobre la mesa queda la hecatombe, late en el ambiente algo que aún no fue dicho, algo que resuma el júbilo y la alegría que dejó el Grupo impreso en los integrantes: el himno del Grupo del sol. Pero qué es un himno. Un himno es un canto o un texto lirico que expresa sentimientos positivos de alegría y celebración. Es además la celebración la representación musical o literaria de un acontecimiento tan elevado que produce la necesidad de plasmarlo en música o texto. El corazón, la sangre, el compromiso, el contexto histórico, los símbolos, la amistad, la formación, el tiempo recorrido, las anécdotas, quedaron plasmada en un himno que resume esta historia digan de los espíritus que luchan:
Himno del Grupo del sol: “Vamos a dar sala/ la función va a comenzar/ el actor se prepara/para ir a trabajar/ vivimos de la lucha/ del tiempo construido/ venimos con las ganas/ de darnos muchos más// Amanecen las luces/ los murmullos se apagan/ la escena se convierte/ en luces y colores/ y allí los desencuentros// también las discusiones/ también las alegrías/ y las incomprensiones.//
Cantá/ Grupo del sol/ que tu calor madure/ hacia la creación/
Le damosa la gente/ ideas, opiniones/ contamos una historia/ creando convenciones/ y surge un tiempo nuevo/ el mensaje buscado/ y se puebla de voces/ aquello que pensamos//Entre sombra y sonido/ el teatro queda solo/con el último aplauso/ de nuevo solos, solos/ entonces entendemos/ creciendo de éste modo/ que el teatro no es la vida/ pero es vida de todos.
Recuadro:
Incluyendo al director el grupo estuvo compuesto por 33 actores: Baby Baldares, Irma Viola, Aldo Scozzatti, Juan Carlos Giménez, Marta Bernardotti, Ninetta Tedone, Omar Domínguez, Sergio Barbaccia, Lucy Inda, Rubén Lodolini, Machaco Martín, Robero Barile, Coco Moltoni, Carlos Linlaud, Oscar Batocletti, Nora Mauri, Chochi Passarelli, Carmen Passarelli, Marta Martín, Marcela Pujals, Betty Vázquez, Sonia Suárez, Nina Errecalde, Mirta Maurizi, Charo Giménez, Teresa Giménez, María Núñez, Rubén Mendoza, Lorenzo Fernández Viña, Tito Battipede, Margot Pirez y Norberto Gatti. Director Alberto Vázquez.
