01.08.2019 No es una practica nueva, ya en la década del 80 se conocía con otros nombres, por ejemplo “el avioncito”, donde habia, pilotos, tripulacion pasajeros etc. En los últimos años se convirtió en flor, mandala o telar de la abundancia. Las estafas piramidales o “esquema Ponzi” fueron tomando diferentes nombres según el contexto histórico, pero la realidad es que en todos los casos llevan a una ganancia para pocos y una pérdida para muchos. Pero, ¿por qué el telar de la abundancia es una estafa?
Los fuegos son quienes ponen el dinero. En redes sociales, los aire se encargan de convocarlos y convencerlos de hacer una inversión inicial de un monto determinado que varía en cada caso, pero que generalmente es en dólares. Puede ir desde 200 a 1000, o incluso más, y se organiza a través de grupos de WhatsApp en los cuales se da “apoyo” para tener paciencia y perserverancia hasta lograr cobrar. La promesa es que, cuando el círculo “gire”, cobrarán una suma mucho mayor a la que pusieron en un inicio. ¿Cómo?
El dinero que ponen los fuego lo recibe quien ocupa el lugar de agua, en forma de “regalo”. Así, esta persona se “consagra” y abandona el telar. Los lugares se renuevan y se dividen en dos: los tierra pasan a ser agua e inician una nueva flor cada uno, con sus respectivos tierra (ex aire) y aire (ex fuego), teniendo que conseguir nuevos fuego que aporten la “inversión”. El ciclo continúa de forma infinita, con muchas personas que deben esperar a que giren los círculos para consagrarse y recuperar el dinero, y sólo unas pocas que obtienen la ganancia.
Es importante tener en cuenta que esto no se trata de una inversión bajo ningún concepto, ya que no hay ningún bien o servicio involucrado, ni nada que genere de forma legítima una ganancia. Tal como explicó el Ministerio Público Fiscal (MPF) en un video informativo sobre esta estafa, “la ganancia obtenida depende exclusivamente de la participación de nuevos miembros”.
Es decir: esto necesita un flujo constante de personas y dinero que crezca exponencialmente, pero no hay dinero ni personas infinitas en el mundo. En algún punto el ciclo se corta y las primeras perjudicadas son los fuego, el eslabón más débil, que nunca llegarán a recuperar lo que pusieron, mientras el escalafón más alto se lo lleva en su totalidad. Por eso más que una flor tiene forma de pirámide: el vértice se beneficia de su base, y es necesario escalar hasta la punta para poder ganar.
Incluso, por más que se devuelva el dinero a quienes decidan abandonar o que quienes fueron agua vuelvan a participar del ciclo como fuego, no existe ganancia alguna sino, más bien, una recirculación del dinero.
De esta forma, se construye “una propuesta de inversión que promete una ganancia de 700% sin esfuerzo”, tal como advierte el MPF. Pero a esto se le añade una promesa de felicidad, espiritualidad y empoderamiento. Es que los telares de la abundancia suelen estar conformados únicamente por mujeres bajo un supuesto discurso feminista.
Tal como se mencionó al principio, la estafa se adapta al contexto, toma nuevas formas y denominaciones para resultar más atractiva, y también para que que no se lo identifique con un fraude, desorientando a las nuevas víctimas desprevenidas que nunca escucharon hablar sobre esta nueva forma de ganar dinero bajo ese nombre determinado.
El MPF remarcó que “la captación pública de dinero para su colocación en inversiones es una actividad que en nuestro país requiere autorización de las autoridades competentes”, con lo si se comprueba que una persona está a cargo de un telar y recibe dinero por ello, puede ser encarcelada y percibir altas penas por estafa. fuente: Bae Negocios