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Bar Pancho, donde se come con la historia

29.05.2019 El Bar Pancho reabrió sus puertas con desayunos, almuerzos y cenas de la mejor gastronomía. Los precios que se ajustan a la economía de hoy, lo vuelven un lugar de calidad  y accesible para grupos de amigos y la familia. La re-valorización del patrimonio histórico, doblegó los esfuerzos de los actuales dueños, pero de esta manera otorgo al lugar y a la ciudad, un ambiente colonial que es digno de visitar, tanto para nicoleños como para turistas. Pase, pruebe y después nos cuenta.

 El bar y la historia.

Se levanta sobre la ochava de calle Garibaldi y Almafuerte. Un poeta alguna vez ironizó sobre la antigüedad del bar: “primero construyeron el bar, después la esquina y por último la ciudad”. Parece la cabeza de un dios que duerme. Las persianas, dos pestañas cerradas que lo pusieron a dormir solo un tiempo. Pero como si trabajara Dios en su taller, detrás de las paredes se escuchaban sonidos y volaba el polvo. Hasta que el 18 de diciembre del año 2018, la historia bostezó con su boca de noches lejanas. Arcaicas caravanas de obreros y transeúntes, se re-significaron en aquella esquina, saltaron del sepia al color del siglo XXI.

Afuera el siglo, con sus autos y sus paraguas en extinción, adentro y en el frente del Bar Pancho, aun laten los corazones de la historia que impregnan de cultura el aleph de la zona: el empedrado, las angostas veredas, las diagonales del CEMaC, antiguo mercado de la zona sur de la ciudad. Hay una circulación metafísica de los universos que se mezclan. Y el Bar Pancho allí está, sigue ahí, haciéndose cargo, intentando retener una porción de la historia, nada más ni nada menos en una de las ciudades más antiguas del país, con 271 años de fundación.

El bar comienza a funcionar en 1921 primero como Confitería, a cargo de un español de apellido Barquín. En 1936 aproximadamente Io compra  un hombre de apellido Roca, quien Io vende a Francisco “Pancho” Costa en marzo de 1952. Costa vivió en el lugar con su familia hasta 1955, ese mismo año invita a trabajar con él a Omar José Hormazabal, quien tenía un puesto de verduras en el mercado frente al bar.

Durante el periodo en que el músico y pianista Guillermo Pedrazzoli lo convirtió en un bar cultural que reunió la cultura underground de la ciudad, atravesado de teatro, rock y literatura, la Municipalidad de San Nicolás lo estableció en el año 2014 como “Bar Notable” por Decreto Municipal N° 1015/14.

El Bar Pancho y su propuesta comercial

El Bar Pancho vuelve a reabrir sus puertas con una propuesta de almuerzos, desayunos y cenas. Los precios de los menús no pasan los 200 pesos con bebidas. El lugar está pensado para ser visitado en familia, para festejar cumpleaños con grupos de amigos, parejas y demás reuniones sociales. Los horarios son de corrido, de lunes a miércoles de 8: 30 hs a 21:00 hs y de jueves a sábado de 8:30 hs a 24:00 hs. Los días domingo sólo abre sus puertas para la televisación de los partidos de fútbol.

“La idea es continuar con la parte cultural porque el mismo lugar lo demanda, pero con propuestas solistas, acústicas, literarias, invitamos a los artistas que se acerquen con sus propuestas a charlar del tema. No será el bar que era, donde tocaban bandas, sino una propuesta mucho más tranquilar y familiar.”

El color marrón de las paredes recién pintadas, deslizan por las guardas de su arquitectura de corte italianista, las delicadas luces, esos aires de tango, los prolijos cuadras, el coqueto patio interior. Una sumatoria de condiciones que invitan a un ensueño de la historia, donde los fantasmas de poetas, cantores, obreros, paisanos y profesionales, forman un variopinto de personalidades que no podrían faltar nunca sobre la esquina de calle Garibaldi y Almafuerte.

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