San Nicolas News

Conexiones clandestinas de luz, más allá de los enganchados

16.01.2019 En las últimas horas, la gran parte de los medios de comunicación, han replicado una cifra con tintes de noticia: en San Nicolás hay más de 5.000 conexiones clandestinas de luz. No estamos en condiciones de decir que no sea cierto. Lo que si podemos afirmar que “la noticia” no se acota en ese dato. Sino que es apenas la punta de un largo y enredado ovillo, que viene siendo retrasado en su tratamiento.

La gran parte de esas 5000 conexiones clandestinas de luz, son realizadas por familias o personas que carecen de todo servicio, inclusive de vivienda, y esto es lo grave. En los últimos años no han parado de crecer lo que un funcionario municipal en una entrevista llamó “cajones de pobreza”. Los barrios vulnerables en nuestra ciudad vienen en ascenso. Barrio San Jorge, barrio Las Mellizas, Barrio Don Miguel, Barrio Martínez, el llamado zanjón de Alberdi, Barrio Los Provincianos, Villa Cavalli, barrio Virgen del Lujan, barrio Trípoli en su parte trasera, barrio 12 de Marzo, y así podríamos seguir nombrando barrios que presentan un problema grave de servicios y vivienda: ni gas, ni cloacas, ni agua, ni hogar digno, sino ranchos de chapa, cartón y lona. Apenas si tienen luz porque se pueden enganchar clandestinamente y vivir con el riesgo de la vida a cuesta, de mayores y adultos debido a las precarias conexiones.

El problema que nunca fue tratado en San Nicolás es el de la vivienda digna, la urbanización de los barrios vulnerables. Y de un tiempo a esta parte, es aún más imperdonable, ya que Ismael Passaglia deja la intendencia a su hijo, porque pasó a ser el Titular de la Vivienda en la provincia de Bs As. Será que corazón que no ve, corazón que no siente. Pero nosotros sí vemos, la sociedad también ve. Lástima que muchas veces tome el impulso de los relatos monopólicos, y se satanice la pobreza,  se la vea como una falta de mérito de ese ser humano que atraviesa tal situación, y no como un conflicto social estructural, donde la asistencia del Estado en todas sus instituciones, de la política y de Derechos, estuvo y está ausente.

Las problemáticas tampoco se agotan allí. La carencia de las necesidades básicas produce el efecto del eterno retorno. Falta de vivienda= falta de servicios= falta de higiene= falta de trabajo= falta de educación. Pero bajemos de esta pirámide escalonada y vayamos a la base, aparece entonces la problemáticas de la tierra, que muchas veces es satanizada por los medios, los municipios, gobernaciones  o el propio Estado. Pero la toma de tierra no es signo de maldad o de virtud. Es inevitable. Surge de una necesidad vital insoslayable, más aún, de una necesidad elemental de la física euclidiana: el espacio.

Datos estadísticos.

La proliferación de asentamientos informales es inherente a la globalización del sistema capitalista. Una tercera parte de la humanidad ya vive hacinada en barriadas más precarias que asentamientos neolíticos y tan insalubres como un basural, a escasa distancia de edificios inteligentes, country clubs o barrios residenciales que siguen desarrollándose entre el miedo y la indiferencia.

La idea de integración urbana de los barrios vulnerables no es de ahora, ni es un planteamiento descabellado, surge de la experiencia del Equipo de Sacerdotes para las Villas de Emergencia que rechazaban los planteos colonialistas de urbanización y exigían el reconocimiento del aporte villero a la vida de la ciudad.

Al día de hoy, a pesar de la normativa de avanzada que instituye el Registro Nacional de Barrios Populares (ReNabap) el 95% de los barrios populares de nuestro país no cuenta con acceso al agua potable, el 98% no tiene acceso a la red cloacal y el 71% no tiene provisión segura de electricidad.

Según un estudio realizado por técnicos argentinos, se puede desarrollar una integración urbana aceptable, a nivel nacional, que contemple acceso seguro al agua, cloacas, electricidad domiciliaria, iluminación pública, pavimentación de calles y apertura de espacios verdes para los barrios populares/vulnerables. A nivel nacional requiere según este estudio, 24 mil millones de dólares, o para ponerlo en cuotas, el 2,5% del presupuesto nacional sostenido a lo largo de 6 años.

Tomando el ejemplo de estos datos estadísticos que aparecen en el libro de Juan Grabois “La clase peligrosa”, sería bueno pensar un estudio estadístico similar de los barrios de San Nicolás que necesitan ser urbanizados. Es tiempo de que la urbanización de las barriadas pobres, forme parte de las agendas de los concejales y los políticos que, como afirma Grabois en su libro, “A los políticos profesionales les cuesta entender que así como las casillas parecen todas iguales miradas desde arriba, ellos parecen todos iguales mirados desde abajo”.

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